AMABLE LÓPEZ MELÉNDEZ
Desde la noche del jueves 21 de febrero, los espacios del centro cultural Quinta Dominica, ubicado en la Calle Padre Billini 202, esquina Duarte, al lado del Convento de los Dominicos, en la Ciudad Colonial de Santo Domingo, acogen la exposición póstuma en homenaje al reconocido artista haitiano Sacha Tebó, la cual debemos registrar como la muestra más rigurosa y significativa, entre las numerosas de artistas nacionales e internacionales, presentadas por esta dinámica institución cultural durante los últimos cuatro años.
Esta exposición de Sacha Tebó es lo más representativo de lo que se propone Quinta Dominica como misión cultural en el ámbito de las artes plásticas.
Cuando Angelines se nos acercó por primera vez para organizar un homenaje a Sacha Tebó, inmediatamente surgió una gran ola de entusiasmo, sostuvo Renaud Anselin, director de Quinta Dominica.
Compuesta por un esplendoroso y resistente extracto de sus pinturas, dibujos y esculturas ejecutadas en el período 1980-2004, la muestra está soportada por un hermoso libro-catálogo que incluye y registra piezas representativas de su producción realizada en nuestro país a lo largo de más de dos décadas de intensa labor creativa, así como una serie de textos críticos de reconocidos especialistas que abordan distintos aspectos de la poética, la personalidad artística y la trayectoria profesional de Sacha Tebó, tales como Carol Damián y Edward Sullivan (EE.UU.); Gerald Alexis (Haití); Carlos Francisco Elías, Danilo de los Santos y Odalis G. Pérez (República Dominicana); José Antonio Pérez Ruiz (Puerto Rico) y Francisco Tobar García (Ecuador).
Auspiciada por Orange Dominicana, con diseño de Plinio Grullón y bajo la coordinación técnica de Nuria Gracia y Tania Rodríguez, esta publicación constituye un aporte definitivamente trascendental para el estudio y la proyección de la obra de uno de los más lúcidos y sensibles exponentes, no sólo del arte haitiano o caribeño que profundiza en la cuestión identitaria, sino también de la más vital y enigmática producción simbólica latinoamericana contemporánea.
La supervisión, curaduría y supervisión general de la muestra y la publicación ha estado bajo la responsabilidad de Ángeles Gracia F.-Angelines-, compañera y custodio de la obra del artista homenajeado.
Sacha Tebó nació en Puerto Príncipe, Haití, en 1934. Arquitecto, carrera que ejerció durante años y siempre persistente en su vocación de artista plástico, surgida desde su infancia.
Su producción bidimensional se basa fundamentalmente en la utilización de la técnica milenaria de la encáustica, con la cual la cera de abeja, mezclada con pigmentos naturales, sirve de base para la coloración de la obra grabada.
Tebó se inicia en la práctica artística hacia finales de los años 50s y principios de los 60s del siglo XX, interviniendo en exposiciones colectivas en Francia y España para luego exponer frecuentemente en Holanda, Panamá, Colombia, Ecuador, Canadá, Estados Unidos, así como en galerías, museos y centros culturales de ciudades como México, Miami, Chicago, California y Houston.
A principios de los años 80s se establece en Santiago de los Caballeros, República Dominicana, donde, además de desarrollar intensamente su práctica artística, deja profundas huellas en los creadores de las más recientes generaciones.
La obra de Sacha Tebó ha sido objeto de una profunda atención por parte del público, los coleccionistas y la crítica de arte especializada en escenarios como Puerto Príncipe, La Habana, Cuba, San Juan, Puerto Rico, Curazao, Saint Croix y otras importantes ciudades del Caribe y América Latina.
En el mes de noviembre del 2004, una exposición póstuma itinerante fue presentada en diversos lugares del territorio mexicano como Yucatán, Monterrey, Morelia, Guadalajara, Colima, para finalizar en México D.F.
En ese sentido, Carlos Francisco Elías observa: En Tebó la invención del alfabeto no es casual, unidad cosmo sentimental, cual silbido serpenteado, que sin miedo al pudor falso, se erotiza con las formas primeras con que la vida juega: la limpia partida de igualdad entre mujeres y hombres, en la valiosa significación de la existencia, diminutos o gigantes los seres de Tebó tienen su danza propia, invocación y celebración de la existencia, no como parodia, sino como acto de fe y trascendencia. La mayor parte de la producción de Tebó es de la técnica encáustica.